Música Clásica Argentina: Actualidad 2007

e-mail enviado por Prensa del Teatro Colón

Homenaje a Simon Blech
Sábado 23 de noviembre, 13:30 hs

A cinco años de su fallecimiento, el próximo sábado en el Teatro Colón volverá a honrarse al maestro Simón Blech. En una sencilla ceremonia, se descubrirá una placa en su memoria en un merecido homenaje en el que participará el maestro Gabriel Senanes, Director General y Artístico del Teatro, autoridades, colegas y amigos. La ceremonia se realizará en el sector de placas ubicado en el acceso a los palcos balcón de la Sala Principal.

Acerca de Simón Blech

El director de orquesta argentino Simón Blech murió el 12 de octubre de 1997. Su despedida del Teatro Colón fue el 28 de julio de ese mismo año, cuando condujo a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en un programa dedicado a uno de sus grandes amores musicales: Johannes Brahms. Tenía 73 años. Había nacido en Polonia en 1924 y llegó a nuestro país siendo un niño. Estudió en el Conservatorio Nacional, la gran escuela pública de la música argentina que alumbró varias generaciones de músicos de primera jerarquía. Nada de lo musical le era ajeno. En su propia trayectoria, se alternaban con idéntica dedicación y orgullo su pasado como violinista de tango y arreglador de orquestas de música popular, su estímulo a Astor Piazzolla para que compusiera las obras sinfónicas que estrenaron juntos, la dirección orquestal del Oratorio a Carlos Gardel de Horacio Salgán, y su devoción a una maciza lista de creadores en la que convivían armoniosamente Gustav Mahler, Osvaldo Pugliese, Pink Floyd y Duke Ellington. Fue capaz de ofrecer en el mismísimo Teatro Colón una obra de Debussy junto a otra para el Zimbo Trío y orquesta. Antes de cambiar el violín por la batuta, hizo desde tango en los conjuntos de Elvino Vardaro, Osvaldo Fresedo y Lucio Demare hasta la entonces llamada música ligera en la orquesta de Vieri Findanzini. En materia sinfónica recorrió también el escalafón completo, integrando desde orquestas juveniles hasta los máximos organismos nacionales. Debutó como director al frente de la Orquesta Filarmónica de Chile, en 1956. Y desde entonces, ocupó el podio de cuanta orquesta argentina y latinoamericana se preciara. Fue el virtual fundador de la Orquesta Filarmónica de San Pablo y el motor organizativo de otros organismos del continente. Comandó varias giras de las mejores orquestas locales en el extranjero, asumiendo la responsabilidad de ser la batuta argentina hacia el exterior. Dirigió también en Alemania, Suiza, España y en la ex Unión Soviética, cosechando premios y reconocimientos.
Protagonizó varias noches de antología en el Teatro Colón, como aquella en la que dirigió a Martha Argerich en su maratónica ejecución de tres conciertos para piano y orquesta en un mismo programa. O acompañando a Yehudi Menuhin, Yo-Yo Ma, Lazar Berman, Friederich Gulda y otras estrellas del firmamento clásico mundial. Pero al mismo tiempo, promovió y dirigió el estreno de una buena parte de la producción sinfónica argentina de las últimas décadas, privilegiando el futuro por sobre la edad, el curriculum o la fama de los compositores que elegía. Su apasionado amor al arte, su profundidad en el abordaje de las obras y su desdén por apariencias y exterioridades lo hacían un enemigo natural de las relaciones públicas y la simpatía profesional. Con su tremendo arsenal interior, Blech dirigía con una expresividad tan concentrada como implacable, sin preocuparse por rendir cuentas más que a la música. Se convirtió sin proponérselo, y quizá sin saberlo, en un modelo no sólo estético sino también ético para sus herederos en el terreno de la interpretación musical de estirpe clásica. Maestro que jamás aspiró a una cátedra, alérgico a protocolos y consejos, Blech dejó el ejemplo de una trayectoria marcada por la honestidad y la intensidad artística.

Actualidad 2002