E-mail enviado por Julio Cottini (24-04-2002)
Renuncia de un abonado
Como antiguo abonado, hoy ex abonado, de la función abono nocturno (Fila 1 14 y 16) hago pública esta reflexión.
Lamento públicamente el desastre que es hoy la conducción del Teatro Colón de Buenos Aires.
Entiendo que no hay plata.
Entiendo que no se puede mantener el nivel de artistas internacionales al que estuvimos acostumbrados desde siempre.
Entiendo que la temporada de ópera 2002 se nutra de cantantes argentinos o residentes en el país, pero lo que no llego a entender es porque la lista sigue siendo la inspirada en el amiguísmo de unos pocos.
De nada valen los antecedentes, trayectoria, voz, audiciones, y talentos para formar parte de esa repetida lista de siempre los mismos.
Nombres como: Adelaida Negri, Nino Meneguetti, Ricardo Ortale, Eduardo Ayas, Leonardo Lopez Linares y muchos mas acumulan sobrados antecedentes artísticos y cumplen con la condición de “espectáculo económico” que estaría practicando el teatro..... pero ninguno de ellos fue considerado potables a la hora de las desiciones.
¿Hay otro tipo de motivaciones extra artísticas en estas exclusiones?. ¿Están discriminados?. ¿No le gustan al director ?.
Como cliente que fui me mantengo medianamente informado, aunque no estoy dispuesto a seguir pagando lo mismo por la baja calidad que promete el programa presentado .
Tomo a manera de ejemplo el caso del barítono Linares. Es un magnifico cantante.
Fue premiado internacionalmente en el concurso más codiciado del mundo, (ganó el Pavarotti de Philadelphia en el 96) y es el baritono que más canto en Argentina en los últimos años. Consiguió diez contratos en el extranjero actuando junto a figuras como Pavarotti, Zancanaro, Giaiotti, etc., etc.
Pues en ese mismo lapso, no consiguió que el Teatro Colón advirtiera su presencia.
Peor aún, se supo que fue citado a audicionar donde canto con su conocida solvencia, siendo ignorado por maestros que halagaron falsamente esas condiciones.
Este no es el único caso y lo menciono sólo como ejemplo por conocerlo con mas detalle que a los muchos otros casos similares de los que tengo información.
Habría una suerte de “asociación” que se parecería mucho a una camarilla y que sería la que proteje a esos personajes que ni en la ducha deberían cantar.
Y nosotros, los que pagamos la entrada, los que siempre debemos soportar el capricho de la conducción, sólo pudimos como protesta devolver los abonos después de 40 años y dos generaciones en esas mismas butacas.
¿Los “clientes” líricos deberíamos seguir soportando?. Yo dije basta, y muchos me están imitando y ¡zas! ahora traen a llenar el esenario de el Teatro Colón a Gustavo Cerati, Menfis La Blusera, la folklórica Soledad y más música popular, a la que no ataco, pero creo que cada cosa debe estar en su lugar. No se puede nivelar para abajo Sr Director del Teatro Colón. y Ud. lo sabe.
Julio Cottini
Periodista
ex abonado del Teatro Colón
Adhesiones a Jcottini@dacas.com.ar