Asesorías musicales: Buenos Aires
por Ana Lucía Frega
Consudec, Marzo de 1969, Educación musical
No puede sino causar satisfacción la noticia sobre la creación de varias (no conocemos exactamente el número) asesorías musicales en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, dentro de la organización del Ministerio de Educación.
Se soluciona, con esto, una carencia sorprendente de la organización educativa del primer estado argentino, en el que la conducción y asesoramiento musical estuvieron ausentes durante los últimos años, después del retiro de la señora Lía de Tortonese.
El problema ha sido solucionado con amplitud. A una sola asesoría, que debía enfrentar la ingente e imposible tarea de supervisar toda la provincia, se la ha reemplazado por varias, asignándoles sectores de acción más acordes con la realidad de las posibilidades humanas.
No conocemos -en nuestro caso personal, no hemos conseguido información- quiénes son los técnicos llamados a ocupar cargos de tal trascendencia, en cuyas manos estaría concretar un "aggiornamiento" pedagógico-didáctico de la escuela de enseñanza primaria de la provincia. Mas no dudamos que el gobierno bonaerense de la educación habrá tomado todos los recaudos necesarios a fin de que tan oportuna resolución cuente con los agentes idóneos que sepan cumplir sus fines.
Por eso nos asombra algo que hemos oído extraoficialmente que deseamos comentar aquí en espera de la aclaración pública que no dudamos, disipará tan inquietante rumor.
Habiéndose organizado en una ciudad balnearia un cursillo de perfeccionamiento de 15 días de duración con alrededor de 80 horas de clase, destinado a tratar temas de didáctica musical, un alto funcionario provincial habría manifestado públicamente que la concurrencia a dicho -o similares- cursos sería requisito suficiente para transformar a un maestro normal que hubiese estudiado música en alguno de los numerosos e incontrolados conservatorios particulares de nuestro país, en maestro especializado en Música.
Repetimos: no dudamos que el desmentido de este supuesto comentario nos traerá tranquilidad ¡Esperamos llegue pronto!
Porque entendemos, e inclusive consideramos muy oportuno, que se estudie la posibilidad de capacitar a un maestro normal para dictar especialidades, pero sea ello hecho sin omitir la capacitación profesional correspondiente, que debe ser seria y en profundidad. Es obvio que es imposible otorgarla en un cursillo de quince días de duración.
Con este espíritu funciona un Instituto Superior del Magisterio en Rosario (creemos que existe otro en Santa Fe), donde concurren los poseedores de un título de maestro normal, deseosos de especializarse. En el área música, deben acreditar conocimientos específicos suficientes, para luego ingresar a una carrera de 2 años de duración, en la que se estudia didáctica especializada, piano, flauta dulce, percusión, guitarra.
Pensamos que éste podría ser buen ejemplo si las autoridades bonaerenses desea concretar alguna inquietud semejante.
Somos realistas: sabemos que no se debe ni se puede pretender contar con profesores nacionales de la especialidad en todo el país; no los hay en número suficiente, ya que son poquísimos los institutos que otorgan esos títulos... y el país es muy grande.
Por lo tanto, y lo hemos dicho en otra oportunidad (ver "Cátedra y vida", Nro. 71), creemos que podría capacitarse correctamente al maestro interesado en cumplir funciones docentes musicales.
Deseamos que haya más gente enseñando música a lo largo y a lo ancho de nuestra patria, pero anhelamos que esa educación sea correctamente impartida.
Para lograr este objetivo sólo cabe una solución: preparar convenientemente al personal. Esta finalidad exige no improvisar.
Si la medida que comentamos fuese cierta -y repetimos que no podemos creerlo y que descontamos el desmentido- se habría improvisado.
Así, se "borraría con el codo" del personal poco apto lo que "la mano había escrito" creando asesorías.
Aguardamos el esclarecimiento, al que daremos lugar en nuestra columnas, hondamente aliviados.
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