Congreso de Educación Católica (2)
por Ana Lucía Frega
Consudec, Julio de 1972, Educación musical
En nuestro encuentro anterior, comencé a responder preguntas que quedaron pendientes durante el trabajo de la comisión que debatiera el tema educación artística integral. Sigo con ello, entonces.
-¿Cómo realizar una evaluación balanceada entre creación y factura?
-Como siempre, para poder evaluar es necesario fijar con claridad los objetivos del aprendizaje. Supongo que los de la persona que pregunta se desglosarán en los hábitos, habilidades y/o destrezas, además de los conocimientos y actitudes que intenta impartir y/o desarrollar a través de una determinada situación de aprendizaje. Aquí se anotarán balanceada, y equilibradamente, los rasgos conductales que se espera promover. La evaluación será, entonces, y una vez más, la comparación entre los objetivos fijados y los logros alcanzados. Es decir: si se planifica balanceadamente, si se selecciona criteriosa y ampliamente los objetivos de aprendizaje, el proceso será completo.
-La inclinación vocacional, ¿debe tenerse en cuenta desde la escuela primaria en vez de considerarla a partir de la secundaria?
-Pienso que se la debe tener presente siempre. Todo agente de la educación debe preocuparse por conocer aptitudes y tendencias de los educandos a su cargo. Lo que ocurre, es que la escuela primaria está encargada de transmitir a todos los elementos del mundo del saber.
En el colegio secundario puede pensarse que en las áreas artísticas, cuyos lenguajes y medios son subjetivos, que cada individuo haga el mejor uso de sus posibilidades e intereses.
-Luego de ese período de cultivo de todos los lenguajes artísticos en la escuela primaria, la elección de uno a nivel de escuela secundaria, ¿no significará una parcialización?
-La respuesta es ardua. Quizás podría yo contestar, simplemente, que en materia de praxis, la vida es una parcialización. También podría recordar a J. Maritain, cuando dice que “no todos pueden todo”. O a Sócrates, con su consejo: “Conócete a ti mismo”. Pienso que mi sugerencia de que el cultivo de las artes a nivel de escuela secundaria sea opcional, quizás en el segundo ciclo de la misma, atiende a todas esas razones más arriba señaladas.
-¿Cómo se encuentra el equilibrio de entrega del educador, sabiendo que todas las mentes, la psiquis, las sensibilidades de los educandos son diferentes?
-Pienso que, logrando la aceptación real de esas diferencias, desarrollando una gran capacidad de respeto por las mismas. Es la naturaleza misma del educador la que queda así expuesta, en su profunda dificultad pero en su notable valor trascendente.
Estas son todas las preguntas pendientes. Como se verá, los planteos apuntaron a las recetas, ni en éstas ni en las otras preguntas evacuadas en su momento por el panel. Me alegra enormemente encontrar esto. Porque no hay recetas: hay posibilidades, hay criterios, hay enfoques, hay experiencias acumuladas. Cada situación es única, primera y +ultima y así debe ser enfocada cada día, con renovado espíritu creativo, con el entusiasmo de vivir cotidiano, con los errores también. Porque así conservamos la capacidad de asombro, que es la capacidad de buscar y descubrir cotidianamente la magnificencia del mundo que Dios crea.
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