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Música y Educación

de Ana Lucía Frega

Miembro de Número de la Academia Nacional de Educación

La formación del docente especializado

por Ana Lucía Frega  

La Nación, Lunes 1 de septiembre de 1980, Educación musical

Los beneficios y bondades de la educación musical a lo largo de la vida del ser humano, en el seno de la familia o en el ámbito de la escuela, fueron comentados en nuestras columnas, enfocándolos desde distintos ángulos.
Las finalidades y objetivos se perfilan con claridad, las bases psicopedagógicas se van consolidando en la medida del avance de la investigación especializada. En consecuencia, la didáctica se ajusta y enriquece.
Pero la tarea se concretará en coherencia y continuidad sólo cuando dispongamos de los cuadros docentes calificados en las cantidades necesarias. Aquí nuestro país presenta un déficit abrumador. Como ejemplo, en la Capital Federal, las cuatro instituciones que otorgan título de profesor de música, no dan abasto para satisfacer las necesidades de la ciudad.
Los egresados, si bien numerosos, no son muchos. En general, no son instituciones especializadas en la formación del docente, sino que están predominantemente encaminadas a la formación de músicos profesionales. Lo pedagógico –didáctico es considerado complementario.
Por ser carreras netamente artísticas, responden a ordenamientos y duraciones muy particulares. Son carreras largas, a veces demasiado. La distribución de materias docentes se produce en etapas de la maduración del sujeto de la educación en que éste no está todavía preparado para discurrir sobre temáticas.
Una actitud flexible y creativa debe imperar para solucionar la escasez de docentes de música sin menoscabo de niveles académicos y psicopedagógico-didácticos hoy considerados mínimos.
Por un lado, en las instituciones oficiales musicales de nivel terciario deberán abrirse opciones que posibiliten un enfoque en profundidad de esta especialización, sin eliminar trabajos de seminarios y estudios de investigación.
Por otro lado, como proyecto de mediano plazo y quizás, organizado como plan a término, deben establecerse carreras cortas, de dos años, para capacitar a la docencia musical en preprimario y primario, con un tercer año adicional para la habilitación para la docencia media. Los aspirantes deberían poseer certificado de estudios completos secundarios y rendir una prueba de aptitud y conocimientos musicales. Si fuese necesario, podría preverse un precurso, en las vacaciones de verano, para consolidar algunos aspectos deficitarios recuperables.
Este plan debería estar directamente ligado a la realidad del aula: observaciones de clases y prácticas organizadas con el sistema de residencia, son indispensables.
Una mística debe imperar asimismo, en quienes asuman con interés y espíritu verdaderamente profesional este planteo. Los matices por contemplar varios, ya que estamos convencidos de que necesitamos, sobre todo para el nivel medio, docentes con diferentes especializaciones: técnica vocal y dirección coral; ejecución instrumental y dirección de bandas y orquestas juveniles; expresión corporal y danzas folklóricas y modernas y apreciación musical e histórica.
¿Encontrará el Estado los funcionarios capaces –los tiene- y suficientemente flexibles para implementar un proyecto como ése?
A él cabe la responsabilidad de hacerlo.

 

 

© Copyright 2001 Música Clásica Argentina (108657).
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Fecha de lanzamiento 1-02-2001
Responsable: Ana María Mondolo