Objetivos (4) Secundaria (Conclusión)
por Ana Lucía Frega
Consudec, Diciembre de 1968, Educación musical
En este planteo nuestro no olvidamos que hay una carrera -Magisterio- en la que nuestra materia debería de siempre obligatoria. Porque no puede existir maestro que no ame la música, que no sepa entonar medianamente, que no pueda, si en su escuela, lamentablemente, no existe un especialista en la materia, guiar a sus alumnos en el gusto de ese lenguaje, aunque sea sencillamente.
El tema permitiría una todavía más larga reflexión... Pero, retornemos a lo nuestro y -pese a las dificultades enunciadas y a la consiguiente adaptación a cada modalidad que deberá hacerse- veamos nuestros objetivos.
Conocimientos
1) De la importancia de la forma en música, de las cualidades del equilibrio estructural y tonal; de las nuevas posibilidades planteadas en el arte contemporáneo.
2) De la música, sus compositores y las épocas, comprendiendo estilos personales y de momentos, tofo en busca de una captación del significado del desarrollo histórico del hombre.
3) Del folklore nacional, latinoamericano y universal en sus géneros y medios de ejecución buscando también las leyes acústicas básicas que rigen los principios fundamentales del arte musical.
Destrezas, hábitos y habilidades
1) Desarrollo del hábito de "hacer música", dominando -en la medida de lo posible según los intereses y/o aptitudes- las habilidades y destrezas de:
a) Cantar correctamente y con gusto;
b) Ejecutar con musicalidad un instrumento;
c) Danza clásica, moderna, popular y folklórica;
d) Capacidad para escuchar música -en vivo o en grabación- con interés, conocimiento y juicio crítico.
2) Manejo del lenguaje musical en la medida de las necesidades de las actividades enunciadas en el párrafo precedente
Actitudes
1) Descubrirá el valor y la ubicación de las distintas especies de música, discriminando -al menos- las diferencias entre culta y popular.
2) Buscará permanentemente los valores verdad y belleza en las obras de arte que considere.
3) Tendrá un estímulo interno suficientemente poderoso como para desear continuar con sus experiencias musicales, buscando los medios y situaciones para ello, una vez que haya abandonado la institución donde todo se le proveía simplemente. Es decir, al asumirse frente a la vida, la música formará uno de los aspectos de la personalidad del ser, quien tendrá los medios en sí para solazarse en ella, o compartir el cultivarla o, inclusive, crearla, según su vocación y su plan de vida.
La escuela media habrá cumplido así su finalidad instrumental al dotar al individuo de todos los elementos que le permiten edificar su cultura.
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