La enseñanza en las escuelas secundarias
por Ana Lucía Frega
La Nación, Lunes 21 de julio de 1980, Educación musical
El púber y el adolescente que constituyen la población de nuestras escuelas secundarias, son fuente constante de preocupación para educadores musicales y padres de familia.
¿Cómo superar ese aparente desinterés por toda propuesta de origen adulto? ¿Ese casi rechazo, muchas veces?
Ante todo, corresponde señalar que la o las crisis son estadios naturales en la evolución del ser humano, que se suceden a lo largo de toda la vida. Son sinónimo de revisión y preceden a las reubicaciones.
El primer punto que interesa incluir aquí es que hay un tipo de música –popular y bailable- que toma preeminencia en esta etapa en el espectro de intereses del alumno de enseñanza media porque tiene que ver con las modificaciones de su vida social. Mucha de esta música es incomprensible e inaccesible –además de ensordecedora- para muchos adultos.
Sin embargo, puede encontrarse en ella, en medio del marasmo del consumo, la hermosa obra, bien concebida y bien realizada. Sus ordenamientos de alturas, duraciones, intensidades y timbres son, casi siempre, análogos a los de toda música. Elementalmente hablando, por supuesto.
En estos datos puede apoyarse el docente de música de nivel medio para comenzar a establecer los puentes entre ese tipo de mensaje, ese manejo del lenguaje, y el que se corresponde a otras épocas y a otros estilos. Porque hay que señalar que el tema es múltiple y diversificado: esa música popular no gusta sólo por ser actual sino por ser masivamente impuesta. Porque hay otra música actual, la llamada “Música culta” que está sumamente lejos de nuestra juventud. Más, quizás, que en un Vivaldi o e un Mozart.
Si nuestra escuela secundaria, ajustando metas y enfoques metodológicos, concurriera, intensamente y a través de todas las áreas, a una formación integral del ser humano, si las funciones de entronque histórico, desarrollo del juicio crítico, integración comunitaria, estímulo de la creatividad, facilitación de la expresión individual y orientación vocacional fueran dando forma, más y más cada día, al nivel que nos ocupa, podrían abordarse soluciones de fondo.
En este caso, música es un sector especialmente propicio para el desenvolvimiento de un proyecto caracterizado, como señalamos más arriba.
Libre de verbalismo y memorismo, la historia de la música puede convertirse en el fascinante descubrimiento de las grandes constantes que se dan entre civilizaciones de distintas épocas y lugares.
La aproximación estructural del mundo del sonido facilitará el encuentro de arquetipos de orden, proporción y armonía que, en diversidad de formas, el hombre siempre admiró y admirará. Estaríamos formando adultos, es decir, seres objetivos en una medida humana posible, respetuosos de sí y de los demás, en búsqueda constante de un vivir de equilibrio balanceado.
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