Música como diversión
por Ana Lucía Frega
La Nación, Lunes 25 de febrero de 1980, Educación musical
La raíz etimológica del verbo divertir, del latín divertere, da dos acepciones diferenciadas para el uso de esta voz.
Si, por un lado, se trata de animar, alegrar, entretener, por otro se refiere a la posibilidad de orientar en otra dirección, de distraer la atención, llevándola hacia otros objetos.
Sería posible, quizás, referirse a la música como medio de diversión o entretenimiento en muchos casos. La apreciación es eminentemente subjetiva y tiene que ver con la naturaleza y función de la música en cuestión, así como los rasgos característicos del ser que la está viviendo.
Todo esto referente a una de las dos acepciones. Es la que, en cierta forma, nos lleva a pensar en la música como un pasatiempo intrascendente o poco trascendente.
Pero, ante la obra maestra de un insigne creador, ante un Réquiem de Fauré; Sonata para violín y piano de César Frank; Quinteto en do mayor de Schubert... y no citamos más por una simple razón de espacio, ¿qué sentimos? ¿nos "entretenemos"?
Esa música, casi increíble, en su poder expresivo, en su arquitectura armónica y morfológica, en su permanencia, en su profundidad, en esa inmaterialidad temporal que exige del escucha una concentración total, ¿es "divertida"?
Quizás, y esto es una mera disquisición de la autora de estas líneas, ideas que seguramente darían para conversar seriamente con filósofos y estudiosos del idioma, sería la otra acepción que podría caberle. La de "llevar nuestra atención hacia otros objetos".
Sería sacarnos de los inmediato, de lo muy terrenal por su inmediatez o utilitarismo, para ayudarnos a llevar nuestra atención, nuestro interés, nuestra posibilidad de trascendernos, hacia otras esferas. Hacia otras dimensiones que, sin ella, se nos escaparían.
Hacia las magnitudes de lo bello en plenitud que, sin la presencia de lo musical, no sabríamos, o no podríamos, aproximar y captar.
Quede en pie, entonces, la doble posibilidad. Busque, quien frecuenta la vida musical, todas las maneras de la música como diversión.
Si nuestras reflexiones de hoy probaran ser acertadas, en ese doble juego de la diversión en contacto con la música se ampliarían horizontes y experiencias, se crecería en emociones y sentimientos, se refinaría la sensibilidad, se agudizaría la inteligencia. Estaríamos viviendo una especial medida de la plenitud.
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