|
La acción transcurre en una estancia de La Pampa.
Don Lucio, mayordomo de la estancia, ha resuelto realizar una fiesta celebrando el principio de las faenas para la cosecha. Su hija Raquela, secundada por Honorio – un peón de la estancia – dispone lo necesario para recibir a los invitados, que no han de tardar en llegar. Entre ellos, según anuncia Don Lucio, ha de concurrir también Servando, el capataz de un campo cercano.
La noticia contraría hondamente a Raquela, pues su amor por Honorio ha servido para olvidar a Servando, el malvado que la abandonó después de seducirla, y que ahora ha de volver, tal vez para turbar su felicidad. Sin embargo, su vacilación es breve, y resuelta ya, pide a Honorio que se vaya de la estancia, pues quiere el destino que no sea posible el amor que mutuamente se han jurado. Honorio, sin comprender la causa de tan extraña resolución, se retira profundamente afligido, reprochando a Raquela su deslealtad. Llegan los invitados, no tardando en aparecer Servando, que pretende ahora renovar su antigua relación con Raquela. Ésta lo rechaza, indignada por su maldad, recordándole la mezquindad de su proceder.
La danza anima la escena, pero Raquela es la única que no participa de la alegría general. No obstante, dominado su dolor acepta bailar con Servando, quien, al sospechar otro amor en la joven, la amenaza con vengarse, revelándolo todo. Raquela, ante el propósito ruin de su antiguo amante, aprovecha la “relación” para expresarle todo su desprecio, y el paisano, furioso y desairado, opta por retirarse ante el asombro de los circunstantes.
Ha llegado la noche. Vuelve Honorio, y no pudiendo admitir ni justificar el proceder de Raquela, regresa dispuesto a exigirle explicaciones por su conducta. Encuentra a Raquela y expresándole la intensidad de su cariño le propone huir aquella misma noche. Se disponen a emprender la fuga cuando aparece Servando, quien insulta a Raquela y provoca a su rival a dirimir en duelo criollo la suerte de la mujer que ama uno y mancilla otro.
Ambos desenvainan sus cuchillos y se atacan con furor, pero Servando al verse superado y en grave aprieto por la habilidad de Honorio, desenfunda un revólver y hace fuego. Raquela, que asiste a la encarnizada lucha, rápidamente se interpone y recibe el proyectil destinado a su amante. Acuden los concurrentes a la fiesta, pero Raquela muere revelando a Honorio su secreto, dichosa de haberlo salvado y feliz de redimirse a costa de su propia vida. |