Bodas de Sangre (1952)
ópera en tres actos. Argumento
Libreto: del compositor, basado en la obra homónima de Federico García Lorca
Formación: 3.3.3.3 - 4.3.3.1; timbal, percusión, glockenspiel, vibráfono, xilófono, celesta, arpa, cuerdas.
Edición: Bs. As., Ricordi.
Grabación: Bs. As., IRCO (59).:
Estreno: Buenos Aires, 9-08-1956, Teatro Colón. Director de orquesta: Juan José Castro. Director de Coro: Tulio Boni. Régisseur: Margarita Xirgu. Escenografía y Vestuario: Héctor Basaldúa. Coreografía: Michel Borowski.
Intérpretes:
Marina de Gabarain |
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La Madre |
Virginia Castro |
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La Novia |
Sofía Bandin |
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La Mujer de Leonardo |
Isabel Casey |
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La Suegra |
Luisa Bartoletti |
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La Criada |
Marcos Cubas |
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Leonardo |
Renato Sassola |
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El Novio |
Angel Mattiello |
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El Padre |
Haydée de Rosa |
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La Luna |
Amanda Cetera |
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La Muerte |
Víctor de Narké |
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Consuelo Ramos |
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La Niña |
Mar del Carmen Ecignard |
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Carmen Burello |
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Muchachas |
Anunciada Balseéis |
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Corrada Malfa |
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María de Benedictis |
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Tulio Gagliardo |
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Leñadores |
Horacio González Alisedo |
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Guerrino Boschetti |
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Virgilio Tavini |
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Mozos |
José Crea |
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Emma Brizzio |
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La Vecina |
Argumento
Acto I
Cuadro Primero:
El Novio entra en la habitación de la Madre para anunciarle que se va a la viña. La Madre le ofrece el almuerzo, pero él lo rechaza y diciéndole que solo comerá uvas le pide la navaja. La Madre, sobresaltada, pregunta para que la quiere y no obstante la respuesta de aquél: para cortar los racimos, la Madre maldice las navajas, las armas y hasta los útiles de labranza que pueden matar; recuerda que, primero, asesinaron a su esposo; luego, a su otro hijo... El Novio desvía la conversación y la saca del recuerdo que la obsesiona insinuando su noviazgo. La Madre se recobra y ambos acuerdan la fecha en que será pedida en matrimonio la Novia. Esta, ha tenido un novio, Leonardo, quien se ha casado luego. Leonardo, es pariente de los Félix, los que mataron al padre y al hermano del Novio. De la Novia, nada más se sabe ya que vive muy lejos, sola con su padre, en un secano. Pero la conversación vuelve a girar en torno a la próxima boda; hablan de los hijos que vendrán... el Novio se marcha.
Cuadro Segundo:
En casa de Leonardo. La Suegra y la Mujer de éste, prima de la Novia, cantan una canción de cuna mientras la primera mece al nieto entre sus brazos. Llega Leonardo; al requerimiento de su Mujer, responde que viene de casa del herrador, que lleva más de dos meses poniendo herraduras nuevas a su caballo, al que casi – dice – no utiliza, y que se las arranca contra las piedras.... Y cuando su Mujer manifiesta que le han visto las vecinas muy lejos, en el límite de los llanos, junto al secano, niega haber estado por allí, aunque la Suegra también expresa haber visto a su caballo extenuado y sudoroso como luego de larga carrera. La Mujer insiste, con intención: El domingo pedirá a su prima en matrimonio. Leonardo hace apreciaciones ligeras sobra ésta y confiesa que la conoce bien por haber sido su novio.
Una Muchacha entra corriendo: el Novio ha llegado a la tienda y ha comprado costosos regalos. Leonardo se exaspera; no quiere saber, no quiere oír... Y se marcha en forma brusca en tanto la Mujer y la Suegra vuelven a entonar la canción de cuna, entre sollozos que finalmente terminan en llanto.
Cuadro Tercero:
En casa de la Novia. La Criada recibe al Novio, que llega con la Madre. Aparece el Padre y, luego de haber concertado la boda, hace entrar a la Novia. Todo queda resuelto satisfactoriamente: se casarán el próximo jueves. Parco en palabras, el Novio entrega sus regalos. Y se despiden presto, pues han de llegar antes de la noche.
La Criada desea ver los regalos, pero tropieza con la actitud extraña de la novia que se ha tornado hosca y no lo permita. Entonces, la Criada comienza a hablar de su jinete en la noche... Que se detuvo ante la ventana de la Novia... Esta, niega; pero se oye un galope y, al acercarse las mujeres a la ventana, ven a Leonardo en su corcel. |
Acto II
Cuadro Primero:
Es la mañana de la boda. La Novia dejase peinar por la Criada que alaba su hermosura y le habla entusiasmada de su próximo matrimonio; pero un desasosiego la va invadiendo hasta que, de pronto, arroja la corone de azahar, ante el azoramiento de la Criada. Finalmente, permite que le termine el tocado, el que queda listo al tiempo en que se oyen unos aldabonazos: Es Leonardo. Ha sido el primero en llegar, solo, a caballo. Su mujer, viene acercándose por el camino.
Se oyen voces y cantos de bodas. Leonardo dialoga con la Novia y la acosa con sarcasmos; ella se debate, amedrentada de su situación hasta que la Criada insta a Leonardo a que se retire, en el momento en que comienzan a llegar los invitados. Muchachas y muchachos entonan alegres canciones alusivos al acontecimiento. También ha llegado la Mujer de Leonardo. Poco después, todos formarán el cortejo que ha de acompañar a los novios a la iglesia. Quedan en escena Leonardo y su Mujer, quejosa y mortificada.
Cuadro Segundo:
Al levantarse el telón, la fiesta está en su apogeo, pues los invitados han organizado una danza. Regresan del templo el Padre de la Novia y la Madre del Novio; Leonardo, ya está allí con su Mujer: los primeros en regresar. La Madre del Novio, al ver a Leonardo, recuerda que es de la estirpe de los que mataron a los suyos: se duele al recordarlo; pero el Padre, desvía la conversación.
La Novia se ha retirado a su cuarto. Cuando las Muchachas piden por ella para bailar la rueda, comienzan a buscarla, pero no la encuentran. El suceso, simple al principio, pone alboroto entre los concurrentes. El Padre piensa que se habrá arrojado al aljibe. Todos se movilizan... Pero la Mujer ha visto: Con Leonardo, ha huido en el caballo: “Iban abrazados, ¡como una exhalación!.
El Novio pide un caballo. La persecución comienza. Han de darles caza. |
Acto III
Cuadro Primero:
En el bosque. Tres Leñadores comentan el hecho. Saben que persiguen a la pareja y que ambos serán muertos; difícil será romper el cerco. Si la Luna no apareciera... Pero la Luna aparece y entona su canción. Cuando vuelve a ocultarse entre los troncos y el bosque se oscurece, aparece una anciana con el rostro cubierto entre los pliegues de su manto: La Muerte, en figura de Mendiga. Aguarda a la pareja: “Esa luna se va y ellos se acercan. De aquí no pasan. El rumor del río – apagará con el rumor de troncos – el desgarrado vuelo de los gritos”.
Llegan el Novio y un Mozo; aquél interroga a la Mendiga y ésta consuma su plan suavemente guiándole.
Cruzan los Leñadores presintiendo la tragedia: “¡Ay, muerte sola! – Muerte de las secas hojas. – No cubras de flores la boda”. “¡Ay, muerte mala! - ¡Deja para el amor la verde rama!”.
Leonardo y la Novia entran a un claro del bosque. Saben que el círculo se estrecha, pero deciden no separarse; si es preciso, morir juntos.
Reaparece la Luna, muy despacio. Se oye música de violines, pero es bruscamente cortada por dos gritos. Asoma la Muerte. La Mendiga. Abriendo su mano, semeja un enorme pájaro luctuoso.
Cuadro Segundo:
Habitación blanca con arcos y gruesos muros. Tres Muchachas, en diálogo de canciones, devanan y devanan una madeja.
Entran la Madre y una Vecina transidas de dolor. Aparece la Novia sin ..?????.... y con las ropas desgarradas, provocando la indignación de aquellas. Llega la Mujer de Leonardo y las tres mujeres cantan un terceto en el que cada una se refiere a su muerto amor.
Y el acto termina con un canto de la Madre; canta un cuchillo... “Con un cuchillito que apenas cabe en la mano...”.
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